.
MUCHAS VECES LA FELICIDAD NAVEGA EN EL RECUERDO, PERO EL DOLOR QUE CONLLEVA DERIVA EN UN RECLAMO QUE NO LO LAVA NINGUNA LÁGRIMA
.
MUCHAS VECES LA FELICIDAD NAVEGA EN EL RECUERDO, PERO EL DOLOR QUE CONLLEVA DERIVA EN UN RECLAMO QUE NO LO LAVA NINGUNA LÁGRIMA
.

.
¿Cómo estás? Deseo de todo corazón que te encuentres bien.
.
Si recibes este mensaje, espero me perdones si rompe tu paz de espíritu o si te incomodan los recuerdos que mis palabras puedan traer. Por la amistad que un día tuvimos, no podía desaprovechar la oportunidad que me han dado para poder despedirme de ti.
.
Han pasado muchas lunas desde que te vi por última vez. Inclusive, han ocurrido muchas cosas. Durante todo este tiempo, he podido repasar vivencias que pasamos juntos. Aún recuerdo la primera vez que nos vimos. Tú eras un macho humano, joven, alegre, lleno de vitalidad, y yo un cachorro de unas pocas lunas. Recuerdo cómo me pusiste entre tus brazos y mientras yo te lamía la cara lleno de alegría y emoción, me acariciabas la cabeza.
Al principio me costó captar tu lenguaje y tú también tuviste problemas para comprender el mío, pero superamos el impasse y nos fuimos entendiendo. A pesar de los primeros destrozos, nunca te enfadaste y siempre me ofrecías un mimo conmovedor.
.

.
Con el tiempo vinieron a casa algunas hembras de tu especie. A unas les gustaba y me sacabais de paseo. A otras no les caía tan bien y durante algunas lunas parecías olvidarte de mí. Eso no me importaba porque te veía feliz y eso me hacía feliz.
.

.
Poco a poco me fuiste apartando. Pasabas menos tiempo en casa y más en ese sitio que llamabas trabajo. Tu compañera tampoco tenía mucho tiempo para dedicarme porque siempre estaba ocupada. Tan sólo alguna salida rápida para hacer mis necesidades y una carrerita yo solo. No mostraban ganas de jugar conmigo. Así pasaron muchas salidas y puestas de sol. Cuando te veía triste ó abatido me acercaba a ti intentando consolarte, mas tú me apartabas con un pequeño empujón y me decías: “Ahora no chico. Estoy cansado”. Yo me separaba obediente y me iba a mi rincón pensando qué podía hacer para que estuvieras contento. Me dolía el alma verte tan abatido.
.

.

.

.

Al rato, luego de desfogarme un poco, levanté la cabeza buscándote en el lugar donde habías quedado, pero no estabas. Salí corriendo rumbo al punto donde bebía tu maquina. Era extraño. Tú siempre me llamabas cuando querías partir y yo acudía veloz a tu llamada. Sin embargo, esta vez no me habías llamado. Seguramente porque confiabas en mí y sabías que al no verte, iría a tu encuentro.
.
Corrí pensando en tu extraña actitud, y, al dar la vuelta en la esquina del edificio pude observar cómo se alejaba tu maquina de viajar. Empecé a llamarte con mis ladridos al mismo tiempo que apuraba mi carrera. “¡Eh, amigo, te olvidas de mí!”. Gritaba y gritaba mientras seguía corriendo con más fuerza. A través del cristal trasero de la maquina pude ver que tu cachorro me hacia señales con la mano, a la vez que de sus ojos salía ese líquido que llamabais lágrimas. No entendía nada. ¿Por qué estaba llorando tu cachorro? ¿Por qué te habías olvidado de llamarme? ¿Por qué? ¿Por qué?
.

.
Llegó la noche y tú no aparecías. Yo estaba nervioso porque allí no conocía a nadie.
.
Atrás de esa noche vinieron varios días y varias noches más. No podía explicarme tu tardanza en volver. ¿Y si no sabias regresar a buscarme por que te faltaba ese papel llamado mapa?
.
En tanto, insistía en la espera. Las personas que atendían a los que allí paraban, me dieron agua y me ofrecieron comida. Yo me alejaba de ellos. Yo aguantaba el hambre, y no quería que me cogieran para apartarme de aquel lugar. ¿Y si regresabas y yo no estaba allí? ¿Qué ibas a pensar de mí?
.
Debía esperar el tiempo que hiciese falta. Todas las noches a gritos le pedía al Gran Espíritu del Norte que guiara tus pasos trayéndote de regreso. Pasaron otras noches más. Y un amanecer, cuando aún estaba medio dormido, unos señores con un lazo me sorprendieron y me apresaron. Fui introducido en una maquina y llevado a un sitio desconocido. Al entrar pude ver un cartel que ponía algo así como Perrera Municipal.
.

.
¿Abandonado? ¿Qué significaba aquella palabra? Nunca la había oído. A los pocos días, la perrita compañera de habitación, me lo explicó. A todos los que estaban allí les había pasado lo mismo. Sus amos los habían abandonado. “¿Pero eso no puede ser? -repetía yo una y otra vez-. El humano con el que vivía era mi amigo y nunca me haría eso. Es que anda un poco cansado por el trabajo y se olvidó de mí. Seguro que está tratando de encontrarme para llevarme con él” -les repetía un día tras otro, tratando de convencerme a mí mismo que esa era la verdad. No quería creer otra cosa.
.

Transcurrieron los días con sus noches. Alguna vez venía una familia y se llevaba a uno de mis compañeros. Yo seguía esperando, ilusionado en que aparecieras a buscarme.
.
Un día que estábamos en el patio, se me acercó un perrazo que llevaba varias jornadas provocándome. Era un macho más joven y fuerte que yo, y le gustaba presumir de su fuerza delante de las hembras. Siempre se metía conmigo diciéndome que tú nunca vendrías, que eras igual que todos los otros humanos que habían abandonado a sus amigos porque les estorbaban. No podía consentir que aquel individuo ignorante y provocador pusiera en duda tu buen corazón. Después de un rato, en el que estuvo machacándome con su voz histérica, no pude aguantar más y me abalancé sobre él. Ciertamente no estaba en mi mejor forma física, pero quise defender tu honor con mis pobres fuerzas. Pero aquel perro joven era más fuerte y me dio una paliza. A continuación todo pasó muy deprisa.
.

.
Seguía esperándote pero mis horas se acababan.
.
La pareja humana parecía nerviosa. No paraban hablar, abriendo y cerrando cajones, removiendo y agarrando todo tipo de cosas.
Se acercaron a la mesa donde me hallaba tumbado y comenzaron a limpiarme las heridas. Sus caras poseían una expresión extraña. No paraban de discutir. “No podemos hacer nada por él” -dijo el macho. “Si qué podemos, y es nuestro deber intentarlo” -respondió la hembra. “No vale la pena. No creo que pueda recuperarse de estas heridas. Y aunque lo haga, se acabará muriendo de tristeza. Desde que llegó, prácticamente no ha comido. Se pasa el día tumbado cerca de la entrada, como si estuviera esperando a alguien. Pero tú y yo sabemos que nadie vendrá por él. Estamos desbordados y no podemos atenderlo como se merece, así que no vale la pena seguir haciéndolo sufrir. Lo mejor es "dormirlo". La hembra, tras mirarme con cara de tristeza, asintió moviendo la cabeza.
.

.
El corazón me empezó a latir con menos fuerza, mis ojos se cerraban y la boca se secó. Sospechaba que la cara mojada de aquella mujer, que tan amablemente me trataba, era lo último que vería, así qué, con el último aliento que me restaba le pasé la lengua por el rostro tratando de secarle las lágrimas. Era mi forma de darle las gracias. Ya que no pude despedirme de ti, al menos lo haría de ella, aunque hubiera preferido que fueras tú el que me acompañara en aquel trascendental momento. Cerré los ojos y sentí que una profunda sensación de bienestar me invadía todo el cuerpo.
.

.
Por ello, me concedieron la posibilidad de pedir un último deseo. Podía elegir casi cualquier cosa. Una compañera, la mejor de las comidas, una morada en las montañas o en la playa..... Yo les pedí que me dejaran regresar a tu lado. Me dijeron que eso ya no era posible. Entonces solicité que hicieran todo lo posible para que recibieras este mensaje. Con el quiero despedirme. Si lo recibes, espero que reflexiones sobre su contenido. Sobre el valor de la amistad, la lealtad, y el amor hacia los que dependen de ti.
.
Ojalá que la luz vuelva a entrar en tu corazón, te despierte la conciencia y puedas rectificar los errores, para evitar que otros hagan lo mismo.
.
Lo que hiciste conmigo no es el mejor ejemplo para educar a tu cachorro. Tal vez un día, cuando seas viejecito, también te conviertas en un estorbo, y entonces él decida dejarte abandonado en una gasolinera. Sin embargo, sabes que nosotros nunca lo haríamos.
.
No obstante, quiero que sepas, que a pesar de todo no te odio. Ese sentimiento no cabe en la naturaleza de ningún perro. Creo que sólo vosotros, los humanos, pueden sentirlo.
.
Te echaré mucho de menos. Anhelo que también tú te acuerdes algo de mí.
.
Hasta siempre querido amigo. Te quiero. Siempre vivirás en mi corazón.
.
Tu fiel y leal amigo,
.
.
Vídeo que obtuvo el primer premio del Certamen Antiabandono:
http://www.youtube.com/watch?v=qDJ8pouRS9A
.
.
Texto nos lo ha enviado SONIA
.
POR FAVOR, REENVÍA A TUS CONTACTOS. QUÉ EL MUNDO ENTERO LEA ESTA CARTA.
.POR FAVOR, REENVÍA A TUS CONTACTOS. QUÉ EL MUNDO ENTERO LEA ESTA CARTA.
.
LOS ANIMALES: EL SILENCIO DE LOS INOCENTES.
.
.
PUBLICADO POR RICARDO MUÑOZ JOSÉ
http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/2010/07/llegan-las-vacaciones-y-comienza-el.html (En este enlace puedes dejar tu comentario)
No hay comentarios:
Publicar un comentario