lunes, 19 de julio de 2010

CARTA DE UN TRABAJADOR DE UNA PERRERA

CARTA DE UN TRABAJADOR DE UN PERRERA
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Ayer a las 17:32
COPIO 17.07.2010
Me he permitido una traducción libre, y quisiera compartir esta información con vosotros, ya que es aplicable tanto en Baltimore (donde vive este hombre) como en Europa, y en España, sobre todo:
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En muchos comentarios que leo en eventos sobre perros abandonados, observo el desconocimiento de la gente que aun se piensa que las perreras son sitios donde los perros viven, están felices y que salen adoptados con facilidad tras una breve y comada extancia en la perrera.
Señores, en las perreras españolas (y en todas) los animales MUEREN, SON SACRIFICADOS o ENFERMAN y AGONIZAN alli solos.

Para paliar esto, existen las protectoras, que no “caen del cielo” (aunque están llenas de ángeles) y que intentan hacer lo posible para buscar casa a estos animales. Se llevan y acogen a los que pueden para que tengan oportunidades, los sacan e intentan hacer tiempo para que no los sacrifiquen.
A cambio que reciben, ¿subvenciones? ¿locales e instalaciones? NADA. (Sobre)viven del dinero que ellos mismos aportan, de lo que los escasos socios quieran donar y poco más.
Y no hay facilidades.
Cuando la gente sabe que colaboras en 1 asociación o que ayudas animales , en vez de colaborar, lo único que hacen es entregarte más y más animales: “mi perra acaba de parir”... “me he encontrado estos cachorritos en una caja”--- “en mi portal hay 1 perro abandonado merodeando”….
Somos el mejor descanso para la conciencia del que no se quiere mojar.
Ya nadie deja al coche en la gasolinera y acelera para irse de vacaciones a la playa. Lo que hacen es dejarlo en la protectora. Desde tirarlo por encima de una alambrada, hasta dejarlo en una residencia y no recogerlo.
Porque saben que dan con buenas personas que no pueden dar la espalda y abandonar el animal que ellos han abandonado.
Me permito añadir, que en algunas perreras españolas, ni siquiera la eutanasia es una inyección y se acabó. Algunos “veterinarios” que trabajan en perreras, encuentran otros medios de sacrificio mas dolorosos y desagradables, pero que (como no!) son mas económicos y rentables. Y por el precio de una inyección, se incineran o gasean vivos

Ese es el país en que vivimos.
Aunque tampoco podemos esperar mucho más de un lugar donde la fiesta nacional es torturar hasta la muerte un animal, mientras cientos de sádicos que han pagado su entrada gritan y disfrutan del espectáculo.


POR FAVOR ENVIAD ESTA CARTA A TODOS VUESTROS CONTACTOS..... GRACIAS





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