martes, 30 de noviembre de 2010

NO TUVO DONDE CAERSE VIVO ¿COMO IBA A TENER DONDE CAERSE MUERTO?

M. Luisa Prudencio Morales. ACUDAME
19 noviembre 2010
La muerte de -Carrirelo-. Mérida
La muerte de "Carrirelo". Mérida
La vecindad del barrio, le puso por nombre Carrirelo, un precioso bretón, que andaba deambulando por un populoso barrio de la antigua Emerita Augusta -la actual Mérida.

Corría como del diablo cuando algún ser humano, quería recogerlo, a lo más que llegaba era a acercarse unos metros cuando le dejabas comida y en verano el agua durante bastantes meses, formo parte de la zona, que junto con ella se hizo popular, nuestro Carrirelo, se le vio, por el hospital, por el parque de las tres sillas, por todo el Polígono Nueva Ciudad, junto a la Gasolinera y allí encontró su muerte, quizás debajo, de un coche, que no paro, para asistirlo ( uno más, forma parte de la negativa cultura que se practica).

Si, no tuvo donde vivir, que mas da donde muriera, pero desde esta Asociación, junto con nuestras amistades en esta tarea, sentimos que esto tendría que parar en algún momento, que en algún momento, la población a de decir basta a tanta masacre animal, por parte del ser humano, porque se nos hace difícil la tarea de habitar este precioso planeta.

-Carrirelo-.
"Carrirelo".
Carrirelo, es solo un ejemplo de tanto perro que quien quiera que sea, y (son muchos), abandonan a su mala suerte, sin más, sin pagar por este delito de forma alguna y con la complicidad de autoridades y ciudadanía. Una vez más tenemos que decir, que los animales tienen, sufrimiento, cuando se les abandona, cuando tienen hambre, frio o calor y que dependen de nosotros, por haberlos domesticado, que al día de hoy diremos, es un error humano a la vista de los acontecimientos.

Pero Carrirelo, que como decimos no, tuvo donde caerse vivo, mucho menos tuvo ni, siquiera donde caerse muerto y tampoco quien lo recogiera, a pesar de las llamadas insistentes ,a los municipales, de vecinos y vecinas, Carrirelo, estuvo más de 24 H. caído muerto, junto a la gasolinera del barrio, que lo vio Carrireando buscando entre las basuras.

Si, el cielo de los perros existe Carrirelo, estará en el, espero que no, este ese cielo cerca del de los humanos y Carrirelo descanse en paz. Valla este pequeño homenaje a él y a todos, los que son vilmente abandonados o asesinados, por esta raza, sin compasión, hacia cualquier ser indefenso habitante del mundo.

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